Soy de las que me gusta experimentar. Siempre he sido un poquito temeraria, curiosa, inquieta, y con un profundo y marcado sentimiento de “saber la verdad” con respecto a todo. Por esto, con frecuencia he hecho experimentos conmigo misma para saber y entender muchas cosas de las que me han ido sucediendo a lo largo de los años.
Los viajes astrales inducidos a través de la hipnosis
En mi adolescencia tuve una etapa bastante heavy en este sentido. Tenía mucha facilidad para llevar a estado de hipnosis a las personas y se me ocurrió la idea de realizar una serie de experimentos, usando la hipnosis con un amigo mío, con el que me resultaba sencillo realizar este proceso.
Objetivo: viajar hacia el futuro en mi línea de tiempo para ver qué me deparaba.
En el momento en que Andrés estaba en lo que yo llamaba “trance profundo”, siempre acudían a nuestro encuentro lo que yo inocentemente llamaba “espíritus”. Lógicamente, era el nombre que les daba porque no conocía otro. Para ponernos en situación, corría la década de los 80, con unos 16 años para 17, y por aquel entonces todo lo que sabía provenía de mis experiencias, mis inquietudes, mis sueños, amigos o mi familia. En mi vida había leído un libro relacionado con este tema del ocultismo, ni tampoco tenía acceso a ello. Todo eso llegó muchos años más tarde.
Estos experimentos fueron realizados en el transcurso de una semana. Cada tarde nos reuníamos, él y yo en solitario y comenzábamos la “sesión”. Lo cierto es que nos importaba poco el lugar, el banco de un parque, sobre el césped, la parte más solitaria de una cafetería etc.
En esos viajes astrales siempre nos dieron información sobre acontecimientos futuros tales como:
- Caída del muro de Berlín (a mí esto me parecía algo imposible)
- Final de la Guerra Fría (algo surrealista)
- Guerra de Irán o guerra del Golfo
- Existencia de unos artefactos que volaban solos por el cielo de manera controlada remotamente (misiles)
- Existencia de teléfonos móviles (este concepto recuerdo que me causó bastante risa, en mi mente limitada no alcanzaba a imaginar cómo podría desplazarme con mi teléfono casero por la calle. ¿Cuántos metros de cable necesitaría para ello? Me reí muchísimo)
- Existencia de un presidente negro en USA (esto me causó mucha incredulidad porque todos sabemos que en USA está el Ku Klus Klan)
- El atentado contra un papa muy amado por todos, Juan Pablo II
- En la Silla de Pedro se sentaría un Papa alemán (¿Qué fuerte no? Para mí en aquellos años eso era algo como un sacrilegio después de que Hitler se hubiera cargado a tantos judíos)
- y la llegada de un papa negro (esto último no lo entendí en toda su dimensión hasta que no llegó el papa actual Jesuita y que al que está a la cabeza de esta orden por sus vestimentas se le denomina Papa Negro)
- también sobre plagas etc.
- Presidente de USA al que esas entidades le llamaban en tono de broma “el pato donald”, claro que luego entendi por qué, Donald Trump tenia su propio imperio económico y me sonreí al ver el sentido del humor que se gastaban.
Seguramente se me olvidan muchas cosas. Y aunque tuve la idea por aquel entonces de registrar todo esto, ellos no nos lo permitieron. A mí ni se me ocurrió siquiera la idea de saltarme la prohibición porque era muy respetuosa con todo esto. Éramos sólo espectadores y nos contaban todo esto precisamente por mi insistencia por saber la verdad.
Hoy día, con los conocimientos que hay en relación a esta temática, podría explicarse fácilmente si acudimos a la consulta de los Registros Akáshicos con ayuda de los guías espirituales pero en aquel entonces para mí era algo tan desconocido como el chino.
Recuerdo que la sensación de recibir toda esa información era de overbooking, más de lo que podía asimilar.
Para mí toda esa información estaba bien, de lujo sí pero… me interesaba mucho más algo que me afectase a mí directamente. Qué egocéntrica ¿Verdad? La adolescencia es lo que tiene.
De modo que cada día insistía bastante en dirigir el experimento hacia mi misma en el futuro ¿Cómo sino comprobar cosas que no entendía?
Parálisis de Sueño y Experiencias Paranormales
Con muchísima frecuencia, más de la que a mí me gustaba tenia experiencias durante el sueño, como despertarme con un zumbido tremendo que tronaba mis oídos, como si fueran millares de insectos batiendo sus alas en mis orejas y me ensordecían. Cuando eso sucedía, notaba una fuerte presión en la zona de la corona, en la cabeza, pujando por entrar y yo siempre me resistía. Supongo que el miedo me podía. Pero en cuanto decía con energía ¡Vete! La sensación siempre desaparecía.
Sin embargo, para mí era mayor la curiosidad que el miedo. De modo que quise hacer un experimento en ese sentido para ver si lo que se sentía era exactamente eso.
Llevé a mi amigo a unos años hacia adelante en mi línea de tiempo, le pedí que intentara meterse en mi cuerpo, poseerlo, tomar dominio y control de él. Obviamente esto durante un estado durmiente de mi yo futuro.
Andrés hacía grandes esfuerzos por meterse dentro de mi cuerpo pero me decía que no podía, que yo era muy fuerte. Yo le pedía que insistiera, que usara toda su fuerza para hacer lo que le había pedido. En un momento dado mi amigo comenzó a exclamar ¡meca! ¡pobre! ¡meca!
Ante esas exclamaciones yo le dije, ¿Qué sucede? ¿Qué ha pasado?
A lo que él me respondió… Que me apoyé en el cabecero de la cama, para entrar dentro de ti por la cabeza, hice mucha fuerza pero tú me repeliste y salí disparado a la cuna del bebé y el pobre bebé salió disparado a los pies de la cuna de golpe.
Me quedé alucinada. No por el hecho de que no pudiera meterse dentro de mí o yo fuera muy fuerte, creo que eso en ese momento se difuminó a favor de otro pensamiento: ¡Tenía un bebé! ¡Pero qué fuerte! Sobre todo teniendo en cuenta que yo tenía clarísimo que no tendría hijos, no los quería, tenía yo otros planes para mi vida… ¡Ja!
Durante aquella semana tuve acceso a mucha, muchísima información, no solo datos históricos futuros sino también a datos sobre mí misma, mi vida, mis acontecimientos futuros, y más…
Recuerdo que la sensación al finalizar la semana fue de total frustración, con un sentimiento muy agudo de formar parte de un entramado, un teatro de guiñol donde me sentía como una marioneta que otros usaban para jugar y entretenerse, sin libertad.
El problema principal era que muchas de las cosas que me enseñaban chocaban mucho, pero mucho, con las creencias arraigadas que me habían implantado desde la niñez con la religión cristiana. A lo largo de los años tendría que deshacerme de esos vínculos para poder avanzar.
En aquel momento decidí dar una pausa a todo, dejarlo por un tiempo y volver a mi zona de confort.
Trece años después
Dormía profundamente, pero otra vez ese dichoso zumbido me sacó del sueño y me desperté con una sensación bien conocida por mi de inmovilidad. ¿Es que esto no iba a tener fin nunca? Por algún motivo que en ese momento se me escapaba, esta vez era más fuerte, más insistente, la presión que estaba ejerciendo sobre mi cabeza y ya mi cuerpo entero era brutal, algo quería entrar dentro de mi espacio vital y yo no estaba dispuesta a permitírselo, así que hice acopio de toda mi energía interior y con rabia dije ¡Fuera!
Lo que sucedió después me dejó helada.
Esa “cosa” dejó de molestarme pero sentí que salía disparada en dirección a la cuna de mi bebé de apenas unos 6 meses y éste salió disparado a los pies de la cuna de forma bastante violenta, como si hubiera pegado un enorme resbalón en las sábanas y lo hubieran empotrado contra los barrotes de los pies de la cuna.
Como dije anteriormente, me quedé petrificada.
De golpe mi mente viajó al pasado y recordó justamente esa experiencia llevada a cabo con Andrés.
La expresión que solté en ese momento no es muy apropiada para reflejarla en un blog, pero es una mezcla de estupor, incredulidad, indefensión…
¿Pero qué diablos había por ahí fuera?
Mis conclusiones
En aquel momento donde yo por voluntad propia, había decidido apartarme del camino de la búsqueda de la verdad, porque había eventos en mi futuro que yo no quería creer bajo ningún pretexto y desde luego no iba a darles forma simplemente “me desperté”. Tenía tantas preguntas sin responder y tanto que saber…
Lo que sí es cierto es que en aquel instante me quedaron claras unas pocas cuestiones:
- Algunos entes que nos molestan son seres descarnados que en algún momento vivieron en este plano de existencia.
- No todos los seres que nos molestan son lo que denominamos muertos, son entes vivos, bien vivos, de este mundo u otros mundos o dimensiones.
- Esas fuerzas energéticas que forman nuestro YO tienen el poder de alterar el plano real de existencia.
- No todas las experiencias paranormales son producto de nuestra imaginación. ¡No estoy loca!
Esto último creo que fue lo que más me emocionó (risas), perdón por la risa pero es algo que no puedo evitar. No todos los días uno tiene la certeza real de que no está loco.